La primera dosis de bacterias buenas que recibimos al nacer es, de hecho, importante para nuestra salud y desarrollo. Esta exposición inicial a microbios beneficiosos nos ayuda a establecer una microbiota intestinal diversa y equilibrada.
Estas bacterias buenas desempeñan un papel vital en el entrenamiento del sistema inmunológico de un bebé, apoyando la digestión y protegiéndolo contra patógenos dañinos. Se podría decir que una microbiota intestinal sana en la infancia sienta las bases para la salud a largo plazo.
Microbiota infantil: parto natural versus cesárea
Es importante saber que la forma en que nace un bebé, ya sea por parto vaginal o por cesárea, afecta los tipos de bacterias expuestas durante el parto.
Cuando nacen por vía vaginal, los bebés entran en contacto con una amplia gama de bacterias beneficiosas presentes en el canal del parto de la madre. Esto incluye bacterias de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium , que se consideran beneficiosas para la salud intestinal. Sin embargo, los nacidos por cesárea no experimentan esta exposición inicial a las bacterias vaginales.
Muchos proveedores de atención médica están implementando prácticas como la siembra vaginal para garantizar que se pueda establecer una microbiota saludable después de una cesárea. En este procedimiento, los fluidos vaginales se transfieren a la boca, la cara o el cuerpo del recién nacido poco después del nacimiento mediante hisopos, con el objetivo de introducir algunas de las bacterias beneficiosas que normalmente se encuentran durante el parto vaginal.
Leche materna: una rica fuente de bacterias buenas
La leche materna es una fuente vital de bacterias beneficiosas para los bebés y contiene una amplia gama de microbios importantes, incluidas especies de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium .
Cuando la leche materna es producida por las glándulas de la leche materna, está libre de bacterias. Las bacterias viven en la piel y en la abertura de los canales de leche materna, desde donde pasan al recién nacido. Estas bacterias desempeñan un papel importante en el establecimiento de una microbiota intestinal saludable en los bebés.
Además, la leche materna contiene prebióticos, que nutren a estas bacterias beneficiosas, ayudándolas a crecer y colonizar el intestino del bebé. En resumen, la leche materna contiene tanto bacterias como prebióticos que contribuyen a la salud y el bienestar óptimos del bebé.
Los probióticos como fuente de bacterias buenas para los bebés
Las gotas de probióticos son otra fuente de bacterias beneficiosas para los bebés. Las gotas probióticas que contienen cepas específicas de bacterias probióticas, como Limosilactobacillus reuteri, se han estudiado por sus efectos positivos en la salud infantil.
Las gotas de probióticos se pueden administrar fácilmente con una cuchara, lo que ofrece una forma sencilla y eficaz de promover el crecimiento de bacterias beneficiosas en los bebés.
Curiosamente, las gotas para bebés Protectis de BioGaia contienen la cepa probiótica patentada L. reuteri que se encuentra originalmente en la leche materna. Mientras estaba de vacaciones en Perú, el fallecido Dr. Iván Casas, entonces director de investigación de BioGaia, visitó un hospital en una aldea rural india en las montañas de los Andes para recolectar muestras de leche materna.
Lo que descubrió fue que se podían encontrar y aislar numerosas cepas de la bacteria L. reuteri a partir de esas muestras de leche materna. Sin embargo, al analizar la leche materna en Estados Unidos, el Dr. Casas no pudo encontrar cepas de L. reuteri en ninguna de las muestras. Factores como la dieta, el estilo de vida, las prácticas de higiene y las condiciones ambientales pueden influir en la composición de la comunidad bacteriana.
Hoy en día, L. reuteri Protectis se utiliza en todos los productos de BioGaia, incluidas las gotas para bebés Protectis número uno en ventas.
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